La pelea previa al Alavés-Betis de octubre se salda de momento con un detenido y dos investigados

Al arrestado se le acusa de un presunto delito de Desórdenes Públicos y atentado a Agente de la Autoridad por la pelea producida en un bar de la calle Abendaño, donde se encontraba un nutrido grupo de aficionados visitantes que fue atacado por otro de, presuntamente, aficionados del Alavés. El arresto se produjo el mismo día del partido. Sucedió a medio kilómetro del lugar de los hechos cuando circulaba con un turismo de alta gama. Entonces, como detalló este medio, era sospechoso de «ir buscando a los hinchas del Betis para informar al resto». En el momento de la detención intentó «atropellar a un agente de paisano» que se había «identificado claramente». Se cree que este conductor también era el encargado de transportar bates, verduguillos y otros utensilios para ser usados por los encapuchados.

La pelea se saldó también con varios heridos y tres de ellos tuvieron que ser trasladados a un centro hospitalario. Tras el ataque de un grupo de cerca de 70 personas encapuchadas, con ropas oscuras y los rostros tapados, se produjo una batalla campal en la terraza del establecimento, que quedó destrozado. Los incidentes se trasladaron, posteriormente, al interior del local, donde al menos se vació un extintor.

A los otros dos varones se les investiga desde hace unos días por un presunto delito de Desórdenes Públicos. En el marco de la investigación, que continúa abierta, también se han interpuesto varias denuncias administrativas por la Ley 19/2007, contra «la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte». Alrededor de un centenar de personas participó en el tumulto.

Minutos después de la pelea, el Alavés condenó por medio de un comunicado los actos violentos. «El Deportivo Alavés desea expresar su total rechazo a los incidentes ocurridos en la previa del partido frente al Real Betis», dijo el club vitoriano. «La entidad alavesista quiere manifestar su más tajante condena a los hechos acontecidos y a cualquier tipo de violencia. Este tipo de actitudes nada tienen que ver con el fútbol».