Laguardia y Manu García, en el Ciutat de Valencia. /
Laguardia y Manu García, en el Ciutat de Valencia. /
Sin cambios ni sorpresas. El Alavés disputó el domingo sus dos últimas horas en Primera División como había vivido durante gran parte de los diez meses anteriores. A la intemperie, azotado por el viento de sus flagrantes limitaciones y zarandeado sin piedad cada vez que abandonaba el refugio de Mendizorroza. Con naturalidad llegó la estocada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión