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Alavés - Getafe | Liga Santander Jornada 17: Desatascos Joselu Mato

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Rafa Gutiérrez
Alavés - Getafe | Liga Santander Jornada 17

Desatascos Joselu Mato

Un gol del delantero gallego en los minutos finales rescata un punto de gran valor para el Alavés, enredado hasta entonces en la telaraña del ordenado y áspero Getafe

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Sábado, 11 de diciembre 2021, 15:29

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Siempre nos quedará Joselu. Durante esta temporada, al menos. El desatascador. Disponible los noventa minutos. En el 85 emergió ante el Getafe para rescatar un punto de gran valor en la carrera por la permanencia. Era importantísimo ganar; era fundamental no perder. Y el duelo, muy áspero y enmarañado por las artimañas azulonas, se encaminaba a una derrota que habría devuelto a los albiazules a los puestos de descenso cuando apareció, una vez más, la imponente figura del ariete gallego para cazar el balón de tan estimable empate.

Alavés

Pacheco; Martín (m. 79, Moya), Laguardia, Lejeune, Duarte (m. 79, Sylla); Loum, Pons (m. 64, Edgar), Manu; Pellistri (m. 45, Iván Martín), Joselu y Rioja (m. 88, Javi López).

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Getafe

Soria; Damián (m. 65, Iglesias), Djene, Mitrovic, Cuenca, Olivera; Arambarri, Maksimovic, Aleñá (m. 83, Darío); Sandro (m. 45,Mata) y Unal (m. 73, Jankto).

  • Incidencias 10.065 espectadores en Mendizorroza.

  • Árbitro Soto Grado.

El Alavés se había enredado hasta entonces en la telaraña tejida por un ordenadísimo Getafe que apenas brindó huecos a las intenciones albiazules y, en ventaja desde el minuto 20, le llevó al borde del desquiciamiento con sus continuos parones. Ahí, en medio de la angustia, Edgar lanzó desde la derecha uno de los tantos centros que se habían estrellado en la muralla madrileña, pero el despeje de Cuenca esta vez salió hacia atrás, superando a su compañero de zaga y habilitando a Joselu, que, listo en el área pequeña, empaló la pelota con la pierna izquierda al fondo de las mallas. Salvavidas, una vez más. A nadie se le escapa que, pese a la mejora colectiva, las opciones de salvación pasan por las botas y la cabeza del gallego, máximo goleador histórico del Alavés en Primera e indiscutible faro ofensivo de este equipo.

Punto sufrido que revela la realidad albiazul. No era normal el pésimo arranque liguero. Tampoco lo fue posiblemente esa exitosa racha que catapultó a los albiazules en la tabla. Ser del Alavés es ser sufridor. Siempre lo ha sido. Sangrar cada punto y llorar cada victoria. Conocer el valor que tiene no perder. Arañar terreno a la permanencia. Y saber celebrar un empate como lo hizo la grada con el protagonista. Puro éxtasis en un partido que hasta ese momento había transitado por un camino abrupto.

Sin demasiadas oportunidades que gritar. Locales, porque los visitantes sí pudieron sentenciar en un par de ocasiones claras. Mucho mérito de un Getafe metódico. Responsabilidad también de un Alavés sin electricidad en los metros finales. Ese fue el guión durante prácticamente todo el duelo. Desde el principio. El conjunto albiazul amasaba el balón ante un ordenado rival, pero le costaba imprimirle chispa en los metros de la verdad. Manu García, una de las novedades, se ofrecía, pero el juego no terminaba de fluir y los extremos no lograban desajustar una zaga de cinco que se atragantaba a los de Calleja. Los vitorianos, al menos, se rearmaban rápidos tras pérdida e impedían avanzar al Getafe, lo que ofrecía un duelo sin porterías en el que no pasaba nada.

Pura monotonía hasta el minuto 20. Pero la primera astilla de la rutina le saltó en el ojo al Alavés. Un envío largo que despeja inicialmente Loum y acaba en los pies de Rioja, sin atisbo de peligro. Pero el pase atrás del extremo se queda corto y le cae a Damián, que aprovecha el desorden de una zaga que ya se quería recolocar para la fase ofensiva para encontrar en el área a Enes Unal, cuyo potente derechazo, desviado ligeramente por Laguardia, sorprendió a Pacheco. Mazazo para un equipo vitoriano que, aunque no estaba creando peligro, se veía dominador.

El gol desorganizó las ideas del conjunto albiazul, que solo amagó en un envenenado disparo de Martín fuera (m. 28). Único intento real en toda la primera parte. Elocuente. Aunque siguieron controlando el balón, los de Calleja parecían aturdidos por el golpe a la vez que ganaba en confianza un Getafe frenado por la cepa del poste en un remate de Arambarri (m. 32). Avisarían de nuevo los azulones por mediación de Olivera al borde del descanso, aunque lo cierto es que tampoco, entre faltas y constantes pérdidas de tiempo de los madrileños, se jugó mucho desde el gol. Un aviso de lo que le esperaba al Alavés en la segunda mitad.

La primera medida de Calleja, sorprendente, fue dar entrada a Iván Martín por el desacertado Pellistri. Un perfil muy diferente en la banda derecha para tratar de desordenar las piezas azulonas. Una idea distinta en busca de cosas distintas. Pero tampoco funcionaba. No pasó nada en los primeros quince minutos. Hasta un remate alto de Laguardia tras centro de Manu. La telaraña de Quique atrapaba las ideas albiazules. Tanto que Joselu tenía que salir a buscar balones lejos del área, pero, claro, después no llegaba a zona de remate. Mal asunto cuando los centros laterales eran el principal argumento ofensivo vitoriano.

La segunda solución fue colocar a Edgar en punta, pero sus desmarques tampoco se encontraban con la portería. Y, con huecos a la espalda albiazul, Mata perdonó la sentencia (m. 71). También la tuvo Martín por línea de fondo, pero prefirió pasar atrás que buscar el arco (m. 75). La única llegada clara. Hasta que, ya con todas las teclas posibles pulsadas por Calleja, sin laterales en el campo, Joselu hizo lo suyo. Con tiempo aún para algún susto: la expulsión de Lejeune por dos amarillas –curioso tras tantas marrullerías azulonas–, una indecisión entre Laguardia y Pacheco y un paradón de éste a Darío, aunque era fuera de juego. A flote, después de todo.

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