El Alavés se resiste contra toda evidencia lógica y vuelve a soñar con que el puzle de mil piezas acabe por dibujar una sonrisa. Cumplió con su parte la escuadra albiazul al encadenar el tercer triunfo consecutivo en Mendizorroza, evitó que sus aficionados vivieran un descenso in situ y, al menos por unas horas, se aferra a lo que todavía es
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