La afición arropa al Alavés en Mendizorroza

Con las largas colas previas a la apertura de puertas. Muchos minutos antes de entrar ya había cientos de seguidores en los aledaños del estadio. Con los cánticos que dedicaron a los suyos en los partidillos que diseñó Luis García en la sesión. Celebraron bien alto los goles de Duarte, Sylla, Abde... Hasta el himno resonó potente otra vez. Lo de después fue sencillamente espectacular. Autógrafos, selfies, regalo de fotografías... ¿Durante más de una hora! Hasta que acabaron el míster y los dos guineoecuatoriano, Jesús Owono y Álex Balboa.

«Esto es increíble, nuestra afición es una pasada», alucinaba el entrenador. «También lo hemos buscado», reconoció, porque «lo del otro día fue duro, sobre todo por la forma». Porque «hubo opciones para ganar y se veía que podíamos ganar», precisó. El golpe moral de quedarse con la miel en los labios.

«Los jugadores necesitaban el apoyo de la gente. La afición está contenta por la temporada, una lástima que se nos escapó en el último momento, pero ahora tenemos otro reto y tenemos que darlo todo. Se consiga o no, la cultura de aquí es trabajar al máximo y eso el equipo lo está haciendo. Ojalá podamos darle una alegría a esta gente», reflexionó el técnico alavesista, que vaticina una eliminatoria «igualada» en la que será clave «no perder la concentración pase lo que pase» y «estar acertado en las áreas».

Entrenamiento a puerta abierta. Una singularidad (en el club vitoriano no suele pasar muchas veces) que dejó claro que la parroquia albiazul nunca dejará solos a los suyos. Si se caen, los levanta. «La afición siempre responde, es una pasada. Dar las gracias por el cariño y el apoyo. A ver si podemos lograrlo por ellos. Después del palo del otro día, ver a la gente así de ilusionada da gusto, es un buen chute de ilusión y ambición», dijo Víctor Laguardia, que se llevó una cinta de la Virgen de El Pilar, obsequio de un aficionado.

El central tiene confianza plena en el equipo. «Fue un palo, fue duro, pero el domingo guardamos luto, como se suele decir, y el lunes ya estábamos enchufados en hacer una buena eliminatoria, porque son 180 minutos». Palabra de capitán. La voz de la experiencia.

Como la de Salva Sevilla. «Todo futbolista quiere jugar este tipo de partidos, con nervios, con tensión, jugándote cosas. Son bonitos. Y estamos preparados, llegamos en un buen momento y con buenas sensaciones», explica el centrocampista. La página de la «rabia» sufrida el sábado en el Estadio de Gran Canaria. «Ahora todo cambia», apostilla el veterano jugador almeriense, que sabe lo que es subir en un play off –lo hizo con el Mallorca–. «Son partidos de muchos nervios, la clave será estar tranquilos y que no nos pueda la presión», avisa. A favor del Alavés, su afición. «Esta gente nunca falla, es de admirar, y ahora nos toca a nosotros».