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Otro gran esfuerzo sin resultado

Otro gran esfuerzo sin resultado

El Alavés cae en el minuto 90 tras empatar cerca del final en un partido alborotado que resolvió la calidad del rival y un arbitraje pernicioso

Fernando Ruiz de Esquide

Sábado, 1 de octubre 2016, 13:41

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Por segunda salida consecutiva el Alavés realizó ayer un gran esfuerzo que no se tradujo en rendimiento en su casillero. Como sucedió en Valencia, el empate se filtró entre los dedos en los instantes finales, cuando la escuadra albiazul, ordenada y siempre con fe pese a las adversidades, había regresado al partido con el gol de Laguardia. Todo ello en un duelo alborotado de principio a fin por las lesiones. Dos por equipo en un escenario poco saludable para los futbolistas y donde el sol quemaba a más de treinta grados. Las albiazules, en la primera parte, de dos piezas esenciales en el arraque liguero como Femenía y Torres. También emergió después la menos esperada del colegiado Mateu Lahoz. El valenciano, prototipo de valentía cuando le da la tarde intrépida o se encuentra en el escenario adecuado, prefirió ayer preservar las jerarquías. Nada novedoso. Vio a pocos metros e hizo amago de señalar un clarísimo penalti por mano voluntaria de Escudero en el área con el empate inicial. Prefirió olvidarlo. Un arbitraje pernicioso, extendido después por Hernández Maeso, de Segunda B, sobrepasado por el Sánchez Pizjuán. Realidades que tampoco esconden las dificultades albiazules para gestionar el final del partido, con el equipo ya extenuado. Ante un Sevilla que tiró de calidad primero para adelantarse tras un soberbio taconazo de Ganso a Ben Yedder y después aprovechó un agujero por la banda derecha para sentenciar en otra acción precisa. La diferencia.

Edgar al palo y lesiones

Después de cuatro desplazamientos muy complicados, no hay duda de que este Alavés novato ha dado la cara en cada una de sus espinosas visitas. Se trata de las señas de identidad de un equipo que, en realidad, se ha visto obligado lejos de Mendizorroza a tirar por obligación de sistema defensivo ante adversarios muy cualificados. Todos ellos. Pellegrino había recompuesto de nuevo del sistema para añadir un tercer central, con la entrada de Raúl García por Ibai respecto al último partido. Para conformar casi un 5-4-1 o 5-3-2, con Edgar y Deyverson como futbolistas más avanzados. Sampaoli dejó claras sus intenciones al repetir del once que venció al Lyon el pasado martes. Sin concesiones.

Pero durante muchos minutos, casi toda la primera mitad, se jugó a lo que quiso la escuadra albiazul. Todavía con mucho oxígeno en las piernas, dio para casi todo. Minar la zona central del campo para evitar las combinaciones sevillistas y salir con velocidad al contragolpe. Ahí estuvo también el partido, cuando Camarasa situó a Edgar en carrera hacia el meta Rico. El extremo, que estuvo en casi todas las acciones peligrosas del Alavés, falló por dos veces. No vio a Deyverson completamente solo para permitirle empujar el balón ni acertó en el claro remate, que se estrelló en el palo. Primer aviso para un rival que amasaba el balón sin crear demasiado peligro. Y comenzó el carrusel de lesiones. Primero Femenía y después Torres cayeron con problemas musculares. En apenas 28 minutos. Pantic, que debutaba, y Krsticic entraron para tratar de tapar un socavón táctico y anímico. Solo Nasri había probado con la meta albiazul, mientras Edgar y Deyverson, notable el brasileño, volvieron a amenazar. Con filo en sus acciones.

Penalti, apuros, 1-0 y empate

Todo pudo cambiar cuando Escudero se llevó la pelota con la mano en el área sevillista. Indultado. Pero el duelo entraba ya en una fase delicada. Tras dos cambios obligados, Pellegrino se quedó sin refresco para un Alavés que sudaba al límite. Con Marcos Llorente, Camarasa y Krsticic en labores de fontanería, ya casi sin salida. También apareció el peso específico de un Sevilla que, a las lesiones de Nasri y Vietto respondió con la entrada de Sarabia y Ganso. Este último, después de muchas acometidas locales e intervenciones de un Pacheco estelar, acabó por encontrar la grieta. Fue en un soberbio taconazo para Ben Yedder que sentó a la defensa albiazul.

El Alavés volvió a los cuatro defensas, Mateu Lahoz se lesionó y su relevo obvió un penalti de Marcos Llorente que pudo acabar con el duelo por la vía rápida. Pero quedaba más. La entrada de Katai, una acción donde Deyverson pareció dejarse caer ante Rico en el área y el empate de Laguardia tras un córner. Aire puro para un equipo que volvió a reaccionar, sin aceptar una rendición. Pero la última embestida, precedida por una clara falta sobre Deyverson en el origen, resultó fatal. Hay cosas que aprender, pero también muchas que alabar en este inicio liguero albiazul.

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