La racha se cierra en el El Molinón

El entrenador alavesista había arrancado con sorpresas en la alineación, con la entrada de Llamas y Juli por Juanma y Lanzarote. Una clara indicación de que pretendía meter futbolistas de mucha intensidad para tratar de aguantar a un Sporting que es todo ritmo. El conjunto local, sin demasiada claridad, pero trepidante siempre en sus transiciones ofensivas, ha dominado la primera mitad y ha llegado con frecuencia. Goitia ha salvado un remate claro de Carmona en la ocasión más clara, aunque el Alavés ha sufrido mucho por momentos Sin capacidad para manejar la pelota y sacarse de encima la asfixiante presión rojiblanca Un Toribio con demasiadas pérdidas en zonas delicadas también ha dado opciones a sus adversarios.

Tras el descanso el Alavés ha entrado ya con otra dinámica ante un rival que pagaba el gran esfuerzo de la primera mitad. Poco a poco aparecían los espacios y las posibilidades para un conjunto albiazul que equilibraba ya el choque con claridad. Todo ello en un encuentro marcado por las constantes quejas arbitrales locales desde la grada y el césped. Un soniquete permanente, que aumentó los decibelios al final, cuando el colegiado no señaló, ya con el 1-0 en el marcador un penalti de Rafa García por tocar el balón con la mano. Antes del único tanto, el equipo vitoriano había tratado de aumentar sus revoluciones con la entrada de Lanzarote y Rafa García. En unos minutos donde también Manu Barreiro tuvo una contra clara donde no vio a Sergio Llamas. El choque se encaramaba hacia un final ajustado y pleno de nervios cuando Guerrero ha marcado tras una salida de Fraile que bien pudo ser fuera de juego. El línea, muy presionado, se tragó poco después otro fuera de juego muy claro. El Alavés ya no ha reaccionado tras el gol ante un conjunto local que ha tirado de oficio para matar el choque en los últimos minutos sin que apenas se jugase. El equipo albiazul se ha marcado de vacío pese a su grandísimo esfuerzo.